El viernes pasado la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a cuestionar a los medios por la forma en que abordan las noticias sobre la inseguridad.
No seré yo, justamente, quien salga a defender tanto morbo y tanto sensacionalismo que sin dudas existe en los medios de comunicación.
Pero me preocupa cuando la crítica viene desde el poder y está sesgada por otros intereses y no tanto por honrar a la verdad.
Y más aún me preocupa cuando lo que se dice oculta un trasfondo que no se discute ni se debate. ¿Qué es lo que no se discute ni se debate?
Que mucho más grave que esto que a la Presidenta le molesta, que haya medios que reiteren trescientas veces el mismo hecho delictivo, mucho más grave aún es pensar que haya un público con tan escasa capacidad crítica para que termine creyendo que en vez de haber ocurrido un hecho, ocurrieron trescientos.
Si esta es la casi nula capacidad crítica de nuestro pueblo, si tan fácil es embaucarlo, si hasta la propia Presidenta votada por ese pueblo así lo da a entender, quiere decir que estamos ante una gravísima emergencia educativa antes que ante un problema de los medios y su manera de cubrir la noticia policial.
¿Será por eso, porque desde el poder piensan que la mayoría de nuestro pueblo no tiene capacidad suficiente para disponer de un juicio crítico, porque desde el poder se piensa que las mayorías son giles a las que se manipula fácilmente, será por eso que también se hacen pomposos anuncios de dudosa concreción, se inauguran y reinauguran las mismas obras, a las que se publicitan mil veces? ¿Será porque también si a la noticia sobre una obra se la reitera mil veces, la gente cree que se construyeron mil obras cuando sólo se construyó una?
Quizás acabamos de descubrir cuál es la mirada que tienen en el gobierno nacional acerca de la educación y el juicio crítico del pueblo. Mirada en base a la cual diseñan sus campañas electorales y sus mediáticos anuncios semanales.
Por las dudas que sea cierto nomás esto de que la noticia reiterada hace que la gente crea que el hecho también vuelve a ocurrir, los invito a escuchar una y otra vez a Luis Crespo, este muchacho que nadó horas y horas en el río de la Plata para pedir auxilio y salvar a su mujer amada. Ustedes crean que el hecho vuelve a pasar, yo también lo creeré, y así nos convenceremos de que entre nosotros hay muchos Luis Crespo, que arriesgan su vida por salvar vidas.
Luis Crespo es un héroe para imitar, y para ello no hay que esperar que nos ocurra algo parecido a lo que vivió él. Podemos imitarlo en la vida diaria, en pequeños esfuerzos por los demás. Intentémoslo y lograremos que también un solo acto heroico parezca que ocurrió y sigue ocurriendo infinidad de veces.
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